Ahora que estamos en época de fríos, mocos y catarros es la mejor época para explicaros que podemos hacer con nuestros pequeños cuando están malitos y dejan de comer y de dormir bien.

• Lavados nasales: intentaremos hacer lavados nasales, con suero fisiológico, como mínimo mañana y noche aumentando la dosis en función de lo “atascado” que oigamos al peque.  En niños más mayores podemos hacer lavados diarios con la ayuda de una lota. Es importante hacerlo antes de comer si le oímos demasiado para que quede más liberada la vía y pueda respirar y comer mejor. Nos humidificará la vía y ayudará a movilizar las secreciones.

• Elevamos la cuna y/o cama un poquito, de manera que no esté horizontal si no un poco inclinado hacia arriba de tórax a cabeza para evitar que los mocos le despierten por la noche y proporcionar un mejor descanso.
• Ambiente húmedo: ahora que las calefacciones y chimeneas empiezan a funcionar, sería recomendable colocar un vasito de agua (que cambiaremos diariamente) encima de la calefacción para evitar un ambiente muy seco.
• Si tenemos un bebé un poco más mayor con el que podemos hablar y que nos entiende, le enseñaremos a sonarse y le explicaremos la importancia de hacerlo. Le podemos intentar enseñarle a apagar velas con la nariz, por ejemplo.
• Cuánta más agua beban más líquidos serán los mocos y más fáciles serán de movilizar y/o expulsar. En bebés lactantes, normalmente ellos mismos se autorregulan aumentando las tomas. En niños más mayores podemos hacer hincapié en que se hidraten.
• Fisioterapia respiratoria. Cuando notamos los primeros síntomas solemos y debemos acudir al médico, una vez que este nos ha visto y nos ha dado las pautas necesarias, el tratamiento con fisioterapia respiratoria nos va a ayudar a movilizar y eliminar las secreciones de una manera mucho rápida, por lo que, los niños están más tranquilos, comen mejor y duermen mejor.